Como guerreros de Dios y agentes del Destino, los ángeles somos seres muy poderosos en el mundo sobrenatural. Seres sobrehumanos superiores a los mortales, tanto en el poder y la inteligencia. Nuestras verdaderas formas espirituales o rostros tienen una forma tan abrumadora que no la mostramos a la mayoría de los mortales pues es muy probable que quienes presencien esto queden completamente ciegos al quemarse sus orbes; Sin embargo, algunas personas "especiales" pueden ver nuestros verdaderos rostros sin sufrir efectos duraderos; los demonios tampoco pueden mirarnos en nuestra verdadera forma sin dañar a sus anfitriones. Aunque no se nos ve físicamente ya que no tenemos presencia física o de ser, nosotros nos manifestamos en la tierra como una brillante luz blanca (o un humo luminoso azulado si no tenemos alas).Poseemos en nuestra espalda alas blancas que muchas veces mantenemos ocultas, dejando ver tal vez sólo una sombra. En momentos en los que emociones fuertes recorren nuestro cuerpo, ellas pueden salir por voluntad propia, sobre todo en los más inexpertos en las sensaciones humanas que comienzan a recorrer nuestro cuerpo dentro de una vasija. Por lo general nuestras alas son de color blancas.La cantidad varía según el rango, desde dos en los niveles más bajos de la jerarquía angelical y seis en los estadíos más altos, exceptuando que nosotros mismos prefiramos sólo dejar ver el primer par por cuestión de comodidad.Nuestra apariencia es la del recipiente que nos contiene en su totalidad, no sufriendo variaciones, exceptuando las anteriormente mencionadas y en el caso de los arcángeles, otro detalle depende de las emociones por las que transite.El color de su ojos virará siendo correlativo al del arcángel regente en cuanto las emociones fuertes se agolpen en su persona o se sienta en peligro:
Miguel: ojos azules
Chamuel: ojos rosa
Gabriel: ojos grises
Jophiel: ojos dorados
Rafael: ojos verdes
Uriel: ojos color púrpura
Raziel: ojos color violeta.
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